viernes, agosto 31, 2007

Camisa de Lino Blanco; Refugio Cortés.

Camisa de lino blanco, pantalones vaqueros de azul celeste, sandalias negras y la cabellera ausente, sólo las cejas y unos cuantos pelos debajo del labio, no se percató que corría el riesgo de convertirse en alguien más.
Así, de reojo, como de pasada, miró la hora… a pesar de estar en medio de un orgasmo, no podía permitirse la estúpida idea de pensar que no tenía prisa.
Como siempre, tapaba la mitad de lo que hacía con lo que no hacía… era su forma particular de sabotear su éxito.
Sólo unos números me faltan; sólo unos cuantos. No son muchos. Pero son los más esquivos; los que más me piden, los que más me exigen. Y tengo este trabajo que me estorba en el camino a la gloria…
Escondiéndome de todos, no tengo tiempo para averiguar dónde puedo encontrar lo que busco.
La camisa de lino se arruga; pierde su delicado equilibrio… y parece, aun así, que todo está mejor que antes. ¿Delicado es el equilibrio?

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