viernes, octubre 27, 2006

La libertad de ser un perverso intelectual

Escuché con mucho interés la exposición de Barry Schwartz, en la que propone, palabras más, palabras menos, lo siguiente:

La libertad es algo que buscamos en términos absolutos. La libertad se puede traducir en capacidad de elección. De ahí se desprendería que “a mayor elementos entre los cuales elegir, mayor será la libertad”. Sin embargo, por diferentes motivos, esto no es cierto. Lo que en verdad se requiere, es un “límite” a la capacidad de elección. Existe un “rango óptimo” de libertad de elección, debajo del cual el bienestar disminuye, y por encima del cual, también. Si se pudiera, lo que debería hacerse es “distribuir” esta libertad (afluencia) entre los pobres, y el resultado sería que todos, ricos y pobres, mejorarían su bienestar. “La ausencia de una ‘pecera’ nos da por resultado la miseria”.

Quiero hacer unas reflexiones en torno a lo que el Prof. Schwartz dice, basadas en los escritos del Premio Nóbel de Economía 1998 Amartya Sen sobre “Libertad y Desarrollo”.

  1. El “desarrollo” de los individuos, así como de las sociedades, se define por la creación y defensa de las “libertades” que permiten a las personas perseguir aquello que consideran valioso. En la medida en que haya más libertades, más se desarrollarán las sociedades y los individuos. No existe una “cantidad óptima” de libertades en este sentido. ¿Por qué? Ahí vamos:
  2. La “libertad” que permite alcanzar el desarrollo, se ramifica en lo que Sen llama “libertades instrumentales” y que son: a) libertad política; b) libertad económica; c) oportunidades sociales; d) garantías; y e) seguridad.
  3. La libertad política se refiere a la capacidad de elegir a un gobierno y hacerlo responsable; la libertad de expresión, etc. La libertad económica es la capacidad de utilizar los recursos para consumir, producir e intercambiar lo que se desee. Las oportunidades sociales son las “bases” mínimas de educación y salud para ejercer las otras libertades. Las garantías implica la existencia de reglas claras en la interacción de los individuos, y que eviten la discrecionalidad, la corrupción, etc. Y la seguridad es el instrumento que debería garantizar la no existencia de pobreza.
  4. Como vemos, la “libertad” de la que habla Schwartz, sólo podría corresponder a lo que Sen vislumbra como “libertad económica”. Pero no del todo: porque la verdadera libertad económica es entendida, como las demás “libertades instrumentales” en el análisis de Amartya Sen, como un “ámbito”, un “espacio” donde se pueden lograr cuestiones más “valiosas” que el mismo consumo, producción o intercambio. Es decir, la libertad es un “contexto” que en la medida en que sea más amplio, siempre, SIEMPRE, dará como resultado que los individuos y las sociedades tengan más y mejores oportunidades de alcanzar lo que les es más valioso. Digamos, la libertad no tiene nada que ver con MAYORES ELEMENTOS de elección… sino con MEJORES PROCESOS de elección.
  5. Para la expansión de esas libertades instrumentales, es indispensable contar con adecuadas INSTITUCIONES, que funcionarán como el “espacio” donde se ampliarán constantemente. No son exactamente una “pecera” como Schwartz lo ve, pero podemos entenderla así para fines de estos comentarios; una “pecera” que a medida que va creciendo, va produciendo más y mejores oportunidades para el desarrollo. Digamos, jamás esta “pecera” será demasiado grande.
  6. Schwartz define a la libertad como “capacidad de elección”… y toma como punto de partida a la libertad como un fin absoluto. De ahí, entonces, sale que la “capacidad de elección” es un fin absoluto. Para Amartya Sen, la libertad es un “instrumento” para lograr el “desarrollo”. En la medida en que contemos con mayores libertades, contaremos con mayor desarrollo. Y el desarrollo es la “capacidad de los individuos de alcanzar aquello que les es valioso”. En la medida que para un individuo el contar con un número creciente de oportunidades para comprar un aderezo de ensaladas signifique “alcanzar aquello que le es valioso”, eso siempre será bueno. En la medida en que a un individuo que busca unos pantalones vaqueros le sea “valioso” contar con 300 opciones, la creciente especialización SIEMPRE le aumentará su bienestar. Sin embargo, pueden existir otros individuos a los que 200 distintas marcas de aderezo de ensaladas y 300 opciones de pantalones vaqueros NO les signifique absolutamente nada en términos de valor. Incluso, si como Schwartz afirma, si existen personas a las cuales la existencia de 200 marcas de aderezos de ensalada y 300 opciones de pantalones vaqueros les causan una DISMINUCIÓN en su bienestar, deberían contar con la “libertad” de no tener que enfrentarse a las decisiones que implican 200 marcas de aderezos de ensaladas ó 300 opciones de pantalones vaqueros. Diría Amartya Sen que para esos individuos, que según Schwartz son muchos, la existencia de 200 marcas de aderezos de ensaladas y de 300 opciones de pantalones vaqueros, DISMINUYE su libertad, no la aumenta. Es decir, tener más opciones NO NECESARIAMENTE significa tener más libertad.
  7. Es entendible que Schwartz simplifique. Es parte del “punch” de su presentación y de lo “atractivo” de su propuesta. Pero el mensaje que deja no puede ser más negativo: “existe una cantidad óptima de libertad”. Entendiendo la libertad como él lo hace, por supuesto. Es como decir que la felicidad equivale a la cantidad de comida y bebida que uno pueda ingerir… por supuesto que los pobres requieren más de lo que tienen, y los ricos podrían disminuir lo que actualmente consumen, y así todos mejoran (su mención a Pareto). Tiene sentido, pero desafortunadamente la felicidad no es el acceso a comida y bebida, tanto como la libertad no es el aumento en la capacidad de elección.
  8. Si se fuera a “repartir” la libertad entre los pobres y los ricos para alcanzar una eficiencia de Pareto, ¿por dónde empezamos? ¿Acaso los ricos de Manhattan estarían dispuestos a ceder un poco de su libertad de expresión, de sus garantías individuales y de su seguridad? ¿O tal vez sólo enviarían a los pobres la capacidad de elegir 200 aderezos de ensalada y 300 opciones de pantalones vaqueros?
  9. La libertad no debe tener límites. La inteligencia tampoco. Schwartz es un tipo inteligente; pero muy perverso. La perversión, esa sí, debería estar acotada.

Saludos a todos.

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