viernes, febrero 20, 2015

¿Tú bebes, no?


En efecto… y en cuanto bajé la guardia, sentí cierto triunfalismo en el ambiente, fui presa de un optimismo sobre mi presente y tuve una visión de futuro, me vi como una mejor persona, me sentí poderoso e invulnerable, vino la recaída. Ayer, desde el mediodía, ya había yo celebrado mi nueva persona, de la manera antigua; dos cervezas, un tequila doble… otro tequilita en casa de mi suegra… vine a la oficina sin llaves ni ganas, sólo a calentar el asiento, a esperar la hora feliz de Sanborn’s… y la encontré, sólo que sin el salvadoreño y con el pinche flaco que destroza canciones, le pidieron Julio Iglesias, como para que se hiciera pendejo, me encabroné y lo expresé… creo que dejé de tener un amigo en ese particular Sanborn’s… entretanto, me empujé la dosis de cuatro cervezas y dos tequilas dobles… no recuerdo cómo pagué… no tengo un voucher, pero no recuerdo haber tenido dinero en efectivo… no pérate… creo que tenía como trescientos o cuatrocientos pesos… tiene sentido… debieron ser como 224 en Sanborn’s y 80 de las quesadillas, con unos 26 de propina: 330 pesos. Me debieron quedar o 20 ó 70 pesos, dependiendo de cuanto tenía antes… y que, por supuesto, mi memoria alcohólica y porosa no permite recordar… pero veamos… tengo conmigo 700, dejé 1500 en casa, lo que nos da 2200, más 700 que agarró Ari, tenemos 2900… no pude sacar más de 3000, aunque puede ser que sí lo haya yo hecho… pero no creo… así que están bailando por ahí 100, más los 20 ó 70 que tenía antes. Creo que, además, Bob agarró para su lunch del viernes, ya verifiqué y sacaron 85 pesos adicionales, así que tenemos, sin contar el derrape de la noche, que puedo justificar los 2900 más 85, lo que nos da 2985 pesos, que para 3000 sólo restan 15… lo cual es compatible con el derrape que tengo medio borroso en la memoria, sólo tengo por ahí las imágenes de Viruta y Capulina en el televisor, lo cual me hace pensar que pasé por la pinche Bipo… ahora que lo pienso, hasta cerrado encontré el Manolito… y si me empujé un especial de 70 varos, y contaba yo con que tenía aprox 3000 más los 20 ó 70 varos que me sobraban, pues las cuentas, grosso modo, checan. Ahora que lo pienso, tal vez tenía yo más conmigo antes de comenzar la farra: si tenía 450, entonces le bajé 224 más 26 de propela, son 250 en Sanborn’s, lo cual me deja con 200… porque ya Bere me había bajado todas mis monedas, y sí que tenía monedas… en las quesadillas, error la de chicharrón, riquísima pero con esa especia, que no sé cuál es, pero que me deja jodido y con el sabor por una semana, hecho mierda, fueron 80 varos, me deberían quedar 120… pero todavía no estoy del todo seguro que tenía 450, yo creo que 400 es más correcto… pero no sabría yo dónde dejé los otros cincuenta… pero en fin, o tenía 120 o tenía 70… sin embargo, sí utilicé la tarjeta en la Coyoacana, 120 pesitos pagados directo a la tarjeta, y eso lo tengo claro por la evidencia en mi cartera… en fin… después saqué los 3000, así que debí tener 3120 ó 3070, menos los 2985 pesos con los que contaba en la mañana, recuerda, los 700 que tengo en la bolsa, más los 1500 que dejé en el pasaporte, más los 700 que agarró Ari, más los 50 de Bob, más los 35 varos que se llevaron para cargar la tarjeta del metrobús, son 2985… así que 3120 – 2985 son 135, y 3070 – 2985 son 85, y como no tengo voucher de la morada del centauro, es decir, de la Bipo, creo que pagué el especial en efectivo, y debieron ser 85 el total, porque para dos especiales, con 135 no alcanza… y pasa por mi mente, fugazmente, fugaz mente, que no debo ir a la Bipo en un tiempo… pero no sé por qué… ni sé si eso es medianamente acertado… no tengo idea… aunque salí bien, me di cuenta que Manolito estaba cerrado, pude llegar a casa, no hubo incidente, tal vez sólo fue el pinche cansancio… en fin, o me faltan 50 pesos, o me sobran unos 20… pero creo que el asunto, al menos desde el punto de vista financiero, no es grave… y me pude levantar por la mañana… no de la mejor manera… incluso, no tenía yo idea de dónde chingados estaban las llaves ayer por la noche, y siempre supe que las había dejado en el coche… sólo que no lo supe en la noche, estaba yo muy bebido y muy cansado y muy encabronado y muy pendejo… no debo de manejar así carajo… soy un pendejo, un idiota… pero al menos las cuentas están bien… creo… a menos que haya yo sacado más de 3000 pesos… pero no lo creo… así como no encontré las llaves, pude llegar a casa, no creo haber hecho destrozos en la  Bipo, creo, con cierto margen de holgura, que no saqué más de tres mil pesos, punto.

En una oficina cualquiera

Parecer demasiado ocupado es una forma de demencia; una demencia extrovertida impregnada de temor, y que, en última instancia es tan insufrible como inútil.

viernes, febrero 06, 2015

Confesiones forzadas


El argumento eterno, sobre la inexistencia del alcoholismo y la evidencia única de casos de personas enamoradas de ponerse hasta la madre, se adelgaza. Y con ese adelgazamiento, se va mi salud mental. Porque, al final de cuentas, la sobriedad sólo cuelga del hilo de la esperanza.

 

Tales son las recompensas, instantáneas y efímeras todas ellas, de incurrir en la embriaguez, que poco puede competir un esfuerzo de tan largo alcance, e incierto desenlace, como lo es la sobriedad... en este puto país.

 

Sólo ebrio o loco.

 

La crónica de estos días se ve interrumpida por el velo del olvido. A cada paso que doy.

 

No es una forma de vivir; es una forma de alarmar.

 

La señal de los tiempos; contundentemente nos impide mirar hacia arriba. Es como estar perdido porque no queremos ver la salida. Atrapados sin salida por el refugio en el que pretendemos sufrir en libertad.

 

Soy el gran mentiroso; pero en el fondo de mis más grandes y perniciosos miedos, mentiras de vida y muerte, está la verdad más oscura de todas. La verdad sobre mi.

 

Estoy por conocer la gente más maravillosa del mundo; sólo tengo que cambiar radicalmente y olvidarme de quién soy.

 

Tenemos dos problemas en la vida: los que podemos resolver y los que no podemos. De todo lo demás, nada importa.

 

Sufro el más grande de todos los aburrimientos: el que surge de tener nada qué hacer, y no disfrutarlo en absoluto.

 

Incluso, he dejado de leer; parece que mi pasatiempo preferido es tomar y después de haberlo hecho, hacerle daño a la gente. Demasiado simple, pero sin gracia alguna; una situación tonta y muy aburrida.

 

No puedo creer que a los treinta y seis años, en el punto culminante de la vida, esté perdido entre el placer fácil y el placer inmediato. Entre una botella y una mujer dormida.

 

Todo está permitido en la medida en que la trascendencia de las demás personas no se vea mortalmente vulnerada.

 

No tengo excusa; no vengo de una familia de alcohólicos. El único antecedente es mi enorme afición al placer sencillo e inmediato. Porque el alcohol visto como sufrimiento, es sólo parte del cuento; la parte culminante. Existe otra parte que nada tiene que ver con el final; como una historia distinta. Esa tiene que ver con placer, mucho placer.